martes, 29 de abril de 2008

LA TÍA TULA


Gertrudis, una joven muchacha convenció a su hermana, Rosa, para que se casase con Ramiro Cuadrado, un joven rico. El noviazgo de los jóvenes duró poco y no tardaron en casarse como deseaba Gertrudis. Ambos tuvieron tres hijos, Ramiro, Elvira y Rosa. La mujer de Ramiro murió al tener a su tercera hija, Elvira. Tras la muerte de Rosa, Gertrudis fue a vivir a casa de su difunta hermana, con Ricardo, para cuidar de sus sobrinos. Ésta les dijo que la llamasen mamá, pero Ramiro prefirió que la llamasen tía Tula. Tras su convicencia juntos, Ramiro le confesó a Gertrudis que él de quien realmente estuvo y estaba enamorado era de ella. Ramiro la propuso que se casaran pero ella le pidió tiempo. Ricardo, impaciente, no pudo esperar los once meses que Gertrudis le había pedido y tuvo una aventura con su sirvienta, Manuela, con la que tuvo dos hijos, Enrique y Manolita. Al nacer Manolita, su madre no soportó el parto y murió. Gertrudis se encargó de los dos hijos de Manuela así como de los de su hermana, mostrando especial predilección por Manolita, pues era la más débil. Al poco tiempo, murió Ramiro de una neumonía, dejando sola y por completo a Gertrudis con todos sus hijos. Gertrudis también murió a causa de una bronconeumonía pero dejando al cargo de la familia a Manolita, a la que consideraba su verdadera hija y la que continúo dando los sabios consejos de la tía Tula a sus hermanos, aunque a estos no les agradaban.

domingo, 6 de abril de 2008


SOLILOQUIO DE GRILLOS

El libro trata de tres mujeres que fueron asesinadas por amar la República. Nos narra pasa a paso el calvario por el que pasaron tras tener que huir por miedo a la muerte. Estas tres mujeres, Vitorina, Olvido y Sacramento, vivían en el mismo pueblo pero no se conocían. La única que más las sonaba era Sacramento, pues tenía fama en el pueblo de acostarse con muchos hombres y Olvido, que era la profesora de los hijos de Vitorina. Cada una de ellas eran dueñas de sus ideas liberales y de un modo u otro aceptaban que tarde o temprano morirían excepto Vitorina, pues ella se había visto arrastrada a esa situación por su marido. Tras pasar la noche en una cuneta, todas ellas tenían la esperanza de poder pasar la frontera e ir a París para comenzar una nueva vida pero esa esperanza se vio truncada cuando esa misma noche las descubren y las matan. Muchos años después, son encontradas en aquella cuneta en la que habían sido enterradas, gracias a la hija y la nieta de Vitorina.